“NO CONFÍO EN TRUMP PORQUE NO CONFÍO EN LOS RACISTAS"
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- 20 mar 2018
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Activista, política, periodista. Tawakul Kerman (Taiz, Yemen, 1979) habla rápido. Casi sin pararse a tomar aliento. Y así, tajante, alerta sobre la situación de su país, sumido en un conflicto desde 2015, cuando descarriló la revolución por la que Kerman había luchado. “La gente está pasando hambre, no tiene acceso a la educación, a la sanidad. Está viviendo un auténtico estado de sitio”, insiste. La activista recibió en 2011 el Premio Nobel de la Paz —junto a las liberianas Ellen Johnson Sirleaf y Leymah Gbowee— por su papel en esa primavera yemení; fue la primera mujer árabe en ser galardonada y, en aquel momento, la más joven. Ahora, perseguida por el régimen de Alí Abdalá Saleh, vive en el exilio y sigue trabajando por una revolución que, dice, no está muerta. “Ya no solo estamos luchando por la justicia y los derechos humanos más básicos, ahora estamos luchando por sobrevivir”, afirma en La Casa Encendida de Madrid, tras participar en el ciclo de conferencias Mujeres contra la impunidad, organizada por la Asociación de Mujeres de Guatemala.
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